Un maestro taoísta antiguo descubrió que cuando una mujer alcanzaba el punto más alto del orgasmo, tenía diferentes respuestas y que eyaculaba distintos «líquidos». Se encontraron tres tipos de fluidos o líquidos involucrados en el orgasmo femenino. La lubricación que se experimenta durante la excitación se considera como el primer fluido; las secreciones que se liberan normalmente en el orgasmo constituyen el segundo; y el tercer fluido de la eyaculación femenina, que es experimentado por muy pocas mujeres, se libera del punto G. Sin embargo hay mujeres que eyaculan cuando tiene un orgasmo, aunque no se les estimule el punto G. Esta eyaculación que puede ser muy abundante, produce un fluido que es como el fluido seminal. Definitivamente no es orina. Muchas mujeres que han experimentado esta eyaculación, han sentido pena debido a que se confunden y sienten que se han orinado. Luego aprendieron a controlar esta reacción. Actualmente con el conocimiento de este fenómeno, puede existir mucha más relajación y placer en la mujer que tenga esta capacidad. De cualquier manera no existe todavía investigación que haya descubierto el origen o almacenamiento de este fluido.
El primer fluido lubricante de la vagina
Las paredes vaginales están en contacto entre sí y existe un espacio virtual entre ellas. Tu puedes mirar el interior de la vagina con ayuda de un espejo vaginal, una fuente de luz o un espejo normal. Primero observarás las paredes rosadas de la vagina, los muchos pliegues en ella, debido a su tremenda elasticidad. Durante la excitación sexual el fluido lubricante sale de las paredes a manera de sudor. En la parte posterior de la vagina se encuentra el cérvix que es la única porción del útero que es visible desde la vagina. el cérvix es redondo con un orificio en medio. Es la abertura del canal cervical que conduce adentro del útero.
La mayoría de los sexólogos coinciden en que la mujer tiene muy poca sensación más allá de la tercera sección de la vagina, sin embargo muchas mujeres están en desacuerdo, ya que dicen que experimentan un profundo placer con las penetraciones profundas ya sea del pene o de un dedo hacia la parte posterior de la vagina, y muchas mujeres sienten contracciones placenteras del útero durante el orgasmo.
El músculo del amor
El músculo PC y el músculo Chi
Si sientes alrededor de la periferia de la vagina más o menos a la profundidad de un nudillo, serás capaz de identificar los bordes del músculo pubococcígeo (PC), que también se conoce como músculo del amor. (Figura 2-5)
La contracción de la vagina es una contracción del músculo PC, uno puede estar seguro de esta contracción si puede apretar los dedos con ellos. El músculo PC es una parte de un grupo de músculos a los que nos referimos como músculos Chi. El músculo Chi rodea al ano, la vagina y la uretra y sostiene los órganos reproductores. (Figura 2-6)
Este es el músculo del poder perineal y los taoístas lo asocian con muchos órganos del cuerpo. Un músculo PC bien ejercitado es considerado por algunos sexólogos como la clave para un funcionamiento sexual adecuado, tanto para el hombre como para la mujer. Si este músculo tiene un tono muy bajo, ocasiona dificultades sexuales, así como problemas fisiológicos tales como problemas en el parto e incontinencia urinaria. El músculo PC es de suma importancia en los ejercicios del Kung Fu ovárico. Uno puede conocer el tono del músculo PC intentando interrumpir el chorro de la orina. Esta capacidad es exclusivamente del músculo PC. Muchas mujeres se han vuelto diestras en el ejercicio de este músculo ya que han encontrado que mejora el placer sexual.
La esponja perineal
Dentro de la parte posterior de la entrada de la vagina se encuentra otra área de vasos sanguíneos que recibe el nombre de esponja perineal. Figura (2-7). Durante la excitación sexual la esponja perineal se expande y disminuye la luz de entrada a la vagina.
El perineo
La región del perineo incluye al ano y a los órganos sexuales, pero el punto del perineo se localiza entre la abertura posterior de la vagina y el ano. (Figura 2-8).
El ano es un orificio sexual para algunas mujeres y un tabú sexual para otras. Para prevenir las infecciones vaginales y de la vejiga, todas las mujeres deben saber que los dedos o el pene deben lavarse después de un contacto anal.